Norberto Bobbio escribió en 1984 un
artículo * que tituló “La crisis de la democracia y la lección de
los clásicos”. En este artículo analiza tres grandes problemas
de los que, según el autor, adolece la democracia: la
ingobernabilidad, la privatización de lo público y el poder
invisible.
El primero es expuesto del siguiente
modo: “Nos vemos obligados a constatar cada día más que la
máquina estatal, incluso la más perfecta, se ha hecho demasiado
débil y demasiado lenta para poder satisfacer todas las demandas que
los ciudadanos y los grupos formulan.” Y esta circunstancia alcanza
un alto grado de perversión teniendo en cuenta que “(...) el
régimen democrático es precisamente aquel que más que cualquier
otro facilita, y en un cierto modo requiere, la presentación de
demandas por parte de los ciudadanos y los grupos”.
Continúa Bobbio afirmando que las dos
soluciones extremas a este problema son, por una parte, la
disminución forzada de la demanda (que llama solución autoritaria)
y, por la otra, el reforzamiento y mejora del estado de los servicios
(que denomina solución socialdemocrática). La primera de ellas,
tenderá a comprimir “la capacidad los ciudadanos y los grupos para
proponer nuevas demandas mediante la supresión de todas aquellas
instituciones, desde el sufragio universal a las libertades de
publicación o de asociación, que caracterizan la ciudadanía
activa”.
El segundo problema, la privatización
de lo público, consiste en que el estado contemporáneo se presenta
como una inmensa transacción entre diversos intereses privados de
modo que el gobierno (como titular del poder efectivo del estado)
actúa como un mero mediador y garante de los acuerdos establecidos
entre las grandes organizaciones. De este modo la privatización de
lo público implica que las relaciones públicas entre representantes
públicos y los grupos sociales organizados, que deberían ser
impersonales e indirectas, dejen de ser públicas para convertirse en
relaciones privadas de clientela.
Por último, el tercer problema de la
democracia, que Bobbio denomina el poder invisible, hace referencia a
la opacidad en las decisiones y acciones públicas. Dice Bobbio que
“El estado democrático es el estado donde la opinión publica
debería tener un peso decisivo para la formación y el control de
las decisiones políticas”. Y para ello es necesaria la visibilidad
del poder y la transparencia de sus procesos.
Este panorama que Bobbio dibujaba en
los años ochenta es hoy una imagen realista (y dramática) del
presente. Una imagen de una democracia carcomida que hemos de
observar muy cuidadosamente para darnos cuenta de sus desviaciones.
* En castellano en "Crisis de la democracia", N. Bobbio, G. Pontara y S. Veca. Ed. Ariel, 1985, págs. 5-25.
Gracias muy útil, por lo conciso y bien encausado.
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